Introducción

La historia del cine, desde sus inicios, ha contado con un ingrediente esencial e imprescindible que es la música. Se ha intentado desde sus primeros años que la música acompañe a la escena y la complemente, con lo que el espectador debe sentirse identificado con la melodía y esta, en su gran mayoría, debe tener relación con la imagen que muestra. Pero, ¿qué ocurre cuando escuchamos una música que para nada tiene que ver con la imagen que la película nos muestra? Con los años, la música en sí ha ido evolucionando y, por lo tanto, la manera de tratarla dentro de cada proyecto audiovisual también. 

Esto nos lleva a ver que hay multitud de bandas sonoras que rompen con lo que el espectador espera escuchar en la película. Bandas sonoras innovadoras y que no corresponden en imagen con la película. Y esto es precisamente lo que, mediante la teoría del contrapunto orquestal, hemos querido estudiar en la película de Sofía Coppola “Maria Antonieta”. La película fue aclamada, y al mismo tiempo abucheada, en el festival de Cannes por su inesperada banda sonora original, que cuenta con temas de grupos modernos que abarcan desde el estilo pop hasta el rock y new wave.
La cuestión aquí es ver si precisamente una banda sonora que no se relaciona con el género de la película funciona y es aplaudida, o si, por lo contrario, resulta un error total y causa incomprensión en el espectador. Por lo tanto, intentaremos, mediante un montaje, ver si efectivamente el espectador se siente más atraído por la película con la banda sonora que Coppola diseñó o bien si la música clásica propia de la época que narra la historia resultaría más idónea para la película.